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La muñeca negra




En algún otro post he dicho que mi papá fue masón. Él pertenecía a una Logia llamada José Martí y mamá cuenta que él siempre admiró mucho al escritor cubano. Todo esto viene a cuento porque el proceso de escribir este blog está resultando mucho más de lo que yo esperaba en un principio.
Sucede que cuando yo era pequeña mi padre me regaló dos muñecas negras. Una de ellas era como cualquier muñeca de plástico de los años sesenta, sólo que con la piel negra en lugar de las rubias con ojos verdes o azules que extrañamente eran las más comunes en Monterrey; la otra era de trapo y era como la figura de una de las esclavas de "Lo que el viento se llevó" con el pañuelo rojo en la cabeza, trenzas, enaguas largas... Las dos me gustaban, de hecho eran las únicas muñecas que me gustaban cuando yo era chiquita. Me agradaban porque "no hacían nada". Ni hablaban, ni caminaban, ni lloraban... pero eran distintas al ser negras.
Toda la vida me llamó la atención que Él se hubiera tomado la molestia de regalarme algo tan poco común para la época y suponía que era porque quería educarme en el respeto a la diversidad o como quiera que eso se llamara hace más de cuarenta años. Cuando le pregunté a mamá la razón de aquella elección, me dijo algo así como: "¿tuviste una muñeca negra? ay hija, las cosas que recuerdas... yo en ese tiempo estaba muy ocupada y no me daba cuenta..."
Total, que ya estaba yo satisfecha con mi explicación cuando hace un par de días, buscando la ilustración para la entrada anterior dí con un cuento de José Martí que se llama "La muñeca negra". Se me hizo la luz.
Al leer el cuento sentí como si por un momento papá y yo volviéramos a estar juntos en el mismo lugar y en el mismo tiempo... todo un regalo, uno más de los que he tenido "de su parte" a pesar de los años que hace que se fue. Para que luego digan...

P.D. La ilustración de este post es de ilustraciones de Enrique Martínez
y/o Fabiola Graullera y ha sido tomada del blog José Martí y los Niños.

Vaya tropa



Recuerdo perfectamente a Rolen Guajardo, Rolen Martínez y a Junialita. Los recuerdo como si los estuviera viendo. Rolen Guajardo y Rolen Martínez eran hermanos gemelos idénticos: pelirrojos, pecosos, con el pelo rizado. No iban vestidos iguales a pesar de que era la moda para los gemelos en ese tiempo y además uno era muy pero que si muy malo (Rolen Guajardo) y el otro era bueno como el pan (Rolen Martínez). Junialita tenía trenzas, un pañuelo rojo en la cabeza y era una muñeca negra. Rolen Guajardo se pasaba la vida urdiendo planes para secuestrar a Junialita y Rolen Martínez y yo nos pasábamos la vida rescatándola. Yo tenía tres años y ellos eran mis amigos imaginarios.
Rolen Guajardo a veces conseguía secuestrar a Junialita pero no le duraba mucho el éxito, la rescatábamos enseguida. Otras veces ni siquiera conseguía llegar a ella. Rolen Martínez quería ser novio de Junialita pero ella no lo quería así, sólo como amigo. Yo me recuerdo a mi misma hablando mucho rato con ellos y me recuerdo parloteando con mamá y papá acerca de nuestras aventuras y aunque me dijeran que mis amigos no existían a mi me daba igual. Seguía viéndolos y dándome unas divertidas padres con ellos. Un día se fueron y no los vi más pero los he recordado siempre. Tampoco he conocido a alguien que me diga si recuerda a sus amigos imaginarios, pero estoy convencida de que no es una problema de falta de amistades de ese tipo, sino de fallo de memoria...

P.D. La mujer de la derecha en la ilustración tiene en su camiseta un letrero que dice: "Estoy con Él" y la flecha que señala hacia arriba. El niño le dice: "¿No es usted un poco mayor para tener un amigo imaginario?"
Disculpas anticipadas si alguien que lea esto es creyente y se siente ofendido. Yo soy creyente (no católica) y me hace gracia :)

Do Re Mi





A mis papás les encantaba ir al cine y como yo era pequeña me llevaban con ellos. Cuando tenía cuatro años se estrenó en el cine Montoya de la ciudad de Monterrey una película que sigue conmigo. Allá se llamó "La novicia rebelde" y aquí se le conoce como "Sonrisas y lágrimas",




Creo que fuimos a verla tres o cuatro veces... además compraron el disco y yo recuerdo que lo ponían muchas veces, yo también lo ponía cuando no se daban cuenta... no querían que lo rayara pero lo hacía con mucho cuidado. Me gustaba la música y me gustaba también el tocadiscos, todavía cuando lo recuerdo me viene a la nariz el olor de aquel aparato... yo decía que olía a "transistores". Era como un maletín y cuando se abría, se veía que la tapa se convertía en la bocina. Era de color rojo con beige, ¡cuánto jugué con él!. Menos mal que nunca me dio por destriparlo como otros aparatos electricos que si pasaron por mi destornillador...





Mi hermana siempre estaba estudiando inglés y estaba empeñada en enseñármelo desde pequeña así que ponía la canción Do-Re-Mi








A lo largo de mi vida ha habido mucha gente que me ha tachado de cursi por no desprenderme de esta banda sonora... cosa que me importa un comino. ¿Porqué tengo que desechar algo tan entrañable solamente porque los demás no lo entiendan? Cuando oigo esta música veo de nuevo a mi hermana super joven, veo la luz que entraba por la ventana, huelo la tierra mojada de las tardes lluviosas y me transporto a un sitio donde me sentía feliz, segura, querida y con mucha curiosidad por todo lo que me faltaba por explorar...

La música

En mi casa siempre se escuchaba música, ya fuera la radio, discos o alguien cantando. is hermanos participaban en el coro de la Iglesia y algunas veces se fueron de "gira" a visitar otras iglesias para cantar en ellas.

Cada uno tenía sus gustos musicales. Mamá era la única que no. Cuando era ya viejecita me dijo una vez que si le gustaba la música, pero que cuando yo era pequeña ella no tenía tiempo para escuchar nada...

A mi hermano le gustaba la música cristiana y si era en arreglos corales, mejor:



Mi hermana oía siempre que podía a los Beatles o música en español de este tipo:



A papá le encantaba la radio y oía boleros, tangos, rancheras... su cantante favorita era Amalia Mendoza, "La Tariácuri":



También le gustaban otras canciones menos intensas aunque igual de trágicas, como esta que interpretaba Daniel Santos:



Yo no le hacía ascos a ningún tipo de música, sigo sin hacérselos pero mi verdadero gusto musical en la infancia era... SANTANAAAAAAAAAA



Supongo que en el fondo siempre fui un poquitín hippie :)


El día


De pequeña no me despertaba muy temprano que digamos. Yo creo que mi día comenzaba como a las 9 de la mañana. Mi mamá andaba a esas horas como ráfaga por la casa, limpiando, poniendo lavadoras, planchando, cocinando... la recuerdo siempre muy atareada. Siempre me pedía a mi que la ayudara quitando el polvo de los muebles y los adornos... lo sigo odiando.
Mamá trabajaba como maestra de primaria en una escuela de turno vespertino, o sea que tenía que entrar a su trabajo a la una de la tarde y salía a las seis. Como en esa época todavía estaba mal visto que las mujeres casadas trabajaran fuera de su casa, ella se esforzaba por dejar todo impoluto antes de irse a trabajar.
También recuerdo que por la mañana papá no estaba en casa, estaba trabajando. Él era supervisor de escuelas secundarias y hacía esa parte de su trabajo por la mañana. A mediodía llegaba él y llegaban mis hermanos que estaban estudiando y comíamos todos juntos. Como mamá siempre tenía que salir corriendo para no llegar tarde a su trabajo comíamos super temprano, como a las 12:30 o antes... y como yo siempre he comido bastante despacio recuerdo que más de una vez ella me quitaba el plato cuando yo aún tenía la cuchara en la mano, ¡me veo a mi misma tratando de coger un par de cucharadas más en el aire! ¡Qué risa!, pobre mamá, se exigía demasiado.
Por la tarde me cuidaba mi papá y esa era la parte más divertida del día porque me daba muchas cosas para que me entretuviera mientras que él dormía la siesta, lavaba los platos de la comida, preparaba algo para dejar avanzada la cena y preparaba los temas que imartiría por la noche, porque en ese horario (de 19:00 a 22:00) trabajaba en la Escuela Normal Superior del Estado, que como su nombre indica, era una escuela formadora de docentes.
Papá me divertía enseñándome a lijar madera, a usar el martillo y clavos, destornilladores... me daba cartones, tijeras, lápices de colores y pegamento para que yo hiciera cosas, lo que quisiera. También oía mucha música y veía la TV... y hablaba, hablaba todo el tiempo. No sé cómo me soportaban...
Como a eso de las 18:30 llegaba mamá y papá salía pitando para llegara tiempo a su trabajo. Mamá seguía entonces con sus cosas, revisando trabajos, preparando las clases para el día siguiente...
Me considero afortunada porque nací en un momento de la vida de mis padres en que a pesar de tener mucho trabajo podían organizar las cosas para estar conmigo cualquiera de los dos entodo momento. Mis hermanos se quedaron conmigo alguna vez, pero papá y mamá tenían claro que el trabajo era de ellos y no de mis hermanos...