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El día


De pequeña no me despertaba muy temprano que digamos. Yo creo que mi día comenzaba como a las 9 de la mañana. Mi mamá andaba a esas horas como ráfaga por la casa, limpiando, poniendo lavadoras, planchando, cocinando... la recuerdo siempre muy atareada. Siempre me pedía a mi que la ayudara quitando el polvo de los muebles y los adornos... lo sigo odiando.
Mamá trabajaba como maestra de primaria en una escuela de turno vespertino, o sea que tenía que entrar a su trabajo a la una de la tarde y salía a las seis. Como en esa época todavía estaba mal visto que las mujeres casadas trabajaran fuera de su casa, ella se esforzaba por dejar todo impoluto antes de irse a trabajar.
También recuerdo que por la mañana papá no estaba en casa, estaba trabajando. Él era supervisor de escuelas secundarias y hacía esa parte de su trabajo por la mañana. A mediodía llegaba él y llegaban mis hermanos que estaban estudiando y comíamos todos juntos. Como mamá siempre tenía que salir corriendo para no llegar tarde a su trabajo comíamos super temprano, como a las 12:30 o antes... y como yo siempre he comido bastante despacio recuerdo que más de una vez ella me quitaba el plato cuando yo aún tenía la cuchara en la mano, ¡me veo a mi misma tratando de coger un par de cucharadas más en el aire! ¡Qué risa!, pobre mamá, se exigía demasiado.
Por la tarde me cuidaba mi papá y esa era la parte más divertida del día porque me daba muchas cosas para que me entretuviera mientras que él dormía la siesta, lavaba los platos de la comida, preparaba algo para dejar avanzada la cena y preparaba los temas que imartiría por la noche, porque en ese horario (de 19:00 a 22:00) trabajaba en la Escuela Normal Superior del Estado, que como su nombre indica, era una escuela formadora de docentes.
Papá me divertía enseñándome a lijar madera, a usar el martillo y clavos, destornilladores... me daba cartones, tijeras, lápices de colores y pegamento para que yo hiciera cosas, lo que quisiera. También oía mucha música y veía la TV... y hablaba, hablaba todo el tiempo. No sé cómo me soportaban...
Como a eso de las 18:30 llegaba mamá y papá salía pitando para llegara tiempo a su trabajo. Mamá seguía entonces con sus cosas, revisando trabajos, preparando las clases para el día siguiente...
Me considero afortunada porque nací en un momento de la vida de mis padres en que a pesar de tener mucho trabajo podían organizar las cosas para estar conmigo cualquiera de los dos entodo momento. Mis hermanos se quedaron conmigo alguna vez, pero papá y mamá tenían claro que el trabajo era de ellos y no de mis hermanos...

7 comparten mis recuerdos:

Candela dijo...

Tu padre y tu madre. ¿No sientes que cuando los nombras aquí les estás dando vida? Es como si al contarlo me lo hicieras vivir: veo la casa, la mesa, el plato (volante) del que intentabas birlar un par de cucharadas más, a tu padre (delgado) a tu madre (delgada también), hormiguitas trabajadoras y organizadas. Y a ti, pequeña, entre grandes, siempre querida, como ya dijiste cuando "anunciaste tu nacimiento". Cuánto me gusta este blog.

Pena Mexicana dijo...

Gracias Candela, en ese tiempo mis papás ya no estaban tan delgados, me llama la atención que te los imagines asi. En cuanto tenga a mano un escáner colgaré algunas fotos que me traje en mi último viaje a Monterrey. No sé si algún día dejaré de extrañar a mis padres, por lo que escribir aquí a veces es difícil, pero no puedo negar que es un buen ejercicio de memoria y organización de mis recuerdos :)

Candela dijo...

Cuando no tengo un punto de referencia me hago la idea de como son las personas. Si no me las imagino no puedo ubicarlar en un espacio, ni siquiera delante de su ordenador, ni casi les puedo poner pensamientos... así que ya te contaré cómo eras tú cuando sabía menos de ti y cómo eres ahora :)

Pena Mexicana dijo...

Vale... espero la descripción con curiosidad. Aunque ya has visto fotos mías en el blog por lo que no tendrás una idea tan alejada de cómo soy físicamente. En mis tiempos de chat aprendí a no tratar de imaginarme a las demás. Fallaba siempre. A todas las imaginaba más altas y más delgadas que yo... jajajaja

Lena de mar dijo...

os admiro a las dos por tener recuerdos tan nítidos de tiempos inmemoriales, jajajajaja... porque han pasado ya algunos añitos, no???

yo sigo teniendo muy presente a mi madre... pero no puedo decir lo mismo de mi padre.

Abracitos salinos

Pena Mexicana dijo...

Serás faltona niña! jajajajajaja
Si son solamente unos treinta años y algunos meses... 60 ó 70 meses... cosita de nada :P

Pena Mexicana dijo...

ahora resulta que me estoy quitando los meses... no son 60 ó 70... son 170 ó 180
jajajajajajajaja

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